Para Los Ni帽os de la Caravana de Migrantes: Este Es Mi Deseo Para Ustedes
Queridos Niños Buscando Asilo en Los Estados Unidos,
En estos últimos días he redactado varias cartas a ustedes, queridos niños y jóvenes, quienes han caminado miles de millas desde sus países de origen para pedir asilo en los Estados Unidos. A penas me imagino que difícil, que tan difícil, las circunstancias bajo las que vivían tuvieron que haber sido para que sus familias decidieran dejar atrás todo lo que amaban, lo que sabían y lo que tenían para marcharse así hacia lo desconocido.
En estas cartas a medio terminar les digo que creo que sus padres son muy valientes. Ustedes y ellos han mostrado al mundo la cara del valor, nos han enseñado cómo se ve la esperanza y la determinación, el crudo deseo de vivir. La vida siempre busca vida – sus padres quieren vivir, quieren que ustedes vivan, los quieren ver crecer y prosperar. Sus padres los aman. Eso es lo que veo en las fotos de todos ustedes caminando esos millares de millas, aguantando hambre, sed, durmiendo en aceras y plazas.
En estos borradores de cartas les cuento que, como algunos de ustedes, vengo de El Salvador y, como algunos de ustedes, tenía 14 años cuando huí de la violencia y del terror de la guerra civil salvadoreña. Les cuento que no salí sola, que viajé con mi mamá, mi papá, y mi hermanita. Ahí les cuento que al principio la vida en los Estados Unidos nos costó un montón, pero eventualmente cada uno de nosotros nos encausamos y aprendimos a hablar inglés de la misma forma que estoy segura ustedes y sus familias encontrarían su cauce y aprenderían a hablar inglés.
Sin embargo, dada la intransigencia del corriente gobierno de este país a reconocerlos en su hora de profunda necesidad, dada la propuesta de este gobierno a negarles su derecho humano a pedir asilo, me resultó difícil seguir redactando con el tono optimista y con el espíritu de esperanza que quería compartir. A medida que mi mano trazaba terreno sobre la página blanca luché contra la inutilidad de mi acción y dada la campaña por deshumanizarlos que se ha propuesto Washington, sentí mi esfuerzo caer en lo risible en el mejor de los casos. No veo cómo puedo decirles algo que, en lo más mínimo, alivie el estrés, las conmociones y el sufrimiento que han aguantado, que siguen aguantando, y que más probable seguirán aguantando.
Hace tiempo encontré un libro en un mercado de pulgas el cual leo cada año en mi cumpleaños. Es un libro hermoso con ilustraciones bellas, y cuando lo leo me rebosa el corazón de gratitud. Doy gracias por haber nacido humana porque cómo tal puedo disfrutar de los dones de la naturaleza y del Espíritu. El título del libro en inglés es This Is My Wish for You, y en español, Este Es Mi Deseo Para Tí. Presto aquí el formato del libro, y les ofrezco, en los siguientes puntos, mis más profundos y sinceros deseos:
Que los Estados Unidos recuerde su historia imperialista en Centroamérica.
El gobierno de los Estados Unido se insertó en la vida de Centroamérica desde antes de 1912 cuando invadió Nicaragua y fue combatido por Augusto Sandino, en 1914 cuando construyó el Canal de Panamá para facilitar su comercio, en 1954 cuando depuso a Jacobo Árbenz en Guatemala quien había sido elegido democráticamente y lo suplantó con un militar, cuando apoyó a dictadores asesinos cómo Efraín Ríos Montt en Guatemala y Anastacio Somoza en Nicaragua, cuando por años entrenó a los militares de la región en tortura y represión política en la Escuela de las Américas en Columbus, Georgia, cuando durante los años 80 y 90 alentó y armó hombres despreciables en el gobierno de El Salvador para oprimir y exterminar la voluntad del pueblo salvadoreño a determinar su destino, cuando por décadas explotó tierra y política en Honduras por medio de la United Fruit Co. Podría seguir y seguir. Los Estados Unidos ha trastornado la vida política y económica de Centroamérica pero ahora se rehusa a ver en sus caras cansadas el resultado de esta historia oportunista.
Que la presente administración de los Estados Unidos reconozca, y acepte, su mano en crear la desestabilización actual de las naciones de las que ustedes huyen. No importa lo que esta administración haga: si rechaza su humanidad tirándoles gas lacrimógeno, si reduce a un goteo el proceso para presentar solicitudes de asilo, si insiste en que ustedes se pudran en campamentos improvisados, ya es demasiado tarde para dar una vuelta y pretender que nuestros destinos no estan inseparablemente vinculados.
Que los Estados Unidos reconozca que tiene una deuda moral con los niños centroamericanos por todas las matanzas, y por todas las manipulaciones políticas y económicas que ha orquestado en esos países por más de un siglo.
Que las palabras de Chief Sealth, el gran Cacique de los Duwamish y Suquamish, resuenen claras y fuertes, “El hombre no teje la red de la vida. Él es apenas una hebra en ella. Lo que sea que le haga a la red, se lo hará a si mismo.”
Que ustedes sepan que hay millones de personas que entienden lo que han sufrido y saben lo que es necesario para que ustedes sobrevivan. Que por todo el mundo desean que reconozcan su solicitud de asilo, que a ustedes y a sus padres se les permita ingresar a este país al igual que a muchos de sus antepasados se les permitió ingresar.
Que sus días cambien pronto y que el amor que sus padres y familiares sienten por ustedes brille fuerte dentro de ustedes y les de fuerza para mitigar el gran dolor que otros les han obligado a soportar.
Este es mi deseo para ustedes.
Con amor,
Claudia Castro Luna
Claudia Castro Luna
currently teaches at Seattle University and serves as the poet laureate of Washington State.
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